A pesar de que el COVID-19 ha llegado de manera inesperada a Brasil, confiamos en que tenemos una red de salud pública muy consolidada. Un estudio conducido por la Universidad John Hopkins sobre el número de camas de las unidades de terapia intensiva a escala global, indica que la red pública de Brasil posee 10 camas/ 100.000 habitantes. La OMS recomienda que la tasa sea de 10 a 30 camas/100.000 habitantes. En la red privada de salud, esta tasa aumenta a 40 camas/100.000 habitantes. En Brasil existe una asociación entre el Sistema Unificado de Salud SUS y la red privada, por lo que la suma de camas entre estas entidades llega a 20.3 camas/100,000 habitantes. Con estos números, estamos a la par con las naciones más desarrolladas. Es cierto que sólo parte de este número de camas son de aislamiento, sin embargo actualmente nuestros hospitales están tratando de revertir esta situación y están preparando sus instalaciones.

Nosotros como arquitectos, así como todos los profesionales involucrados en el planeamiento de un hospital, debemos aprender de las lecciones del pasado. El estudio epidemiológico de la región donde se implantará el hospital es extremadamente importante para el desarrollo de un programa de necesidades y servicios. De esta manera, podemos diseñar un edificio en función de las necesidades de la población, previendo los picos en la estacionalidad de las enfermedades o la atención a las víctimas de desastres.

Daniela trabaja actualmente como arquitecta para el Hospital da Criança de Brasília - José de Alencar.