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GUILLERMINA
MUÑIZ

Bahía Blanca, Argentina

El hospital del siglo XXI ha dejado de ser un espacio asociado a la enfermedad para pasar a ser un espacio para la salud. Aprovechando el solar boscoso de Sant Cugat, se propone un edificio en total contacto con la naturaleza circundante que ayude tanto al paciente como al personal hospitalario a entender el espacio como un lugar para mejorar la calidad de vida. Los patios dan entrada al bosque haciendo fundir el edificio con su entorno. La estructura liviana del pasillo técnico que conecta la planta de pacientes críticos ayuda a fomentar esta relación. El espacio público se planteó paralelo a la vía de acceso para terminar de configurar el borde de la ciudad y hacer de filtro entre lo construido y lo natural.